De tal manera que la evangelización de los indígenas no se enseñó de una forma metódica durante los viajes de Colón, sino hasta que La Corona Española envió a los frailes mendicantes para evangelizar a los nativos desde 1523 con la llegada de los franciscanos, de los agustinos en 1526, de los agustinos en 1533 y de los jesuitas en 1572. De tal forma que cada una de éstas se dedicó a evangelizar en diferentes regiones reubicándolas y reagrupándolas en congregaciones donde fundaron conventos y templos, por cierto con pocos misioneros.[1]
Y de acuerdo al libro de texto de Historia de 4to. grado, los frailes enfrentaron algunos obstáculos como en las regiones del norte donde estos grupos eran nómadas o semisedentarios, por lo cual se resistían a ser establecidos en un lugar y a adoptar una nueva religión. Además de que cada pueblo tenía su propia lengua, lo cual dificultaba la comunicación, situación que llevo a que éstos aprendieran otro tipo de lenguas, y entre tanto lograban la comunicación, se les enseñaba de forma mímica las escrituras, en base a obras de teatro y cantos. Se dice que más tarde los franciscanos fundaron escuelas para enseñar a los hijos de las familias indígenas más importantes, donde se les enseñaba a los niños barones religión, escritura, aritmética y canto y a las mujeres se les enseñaba a ser buenas madres cristianas.[2] Independientemente de que se les enseñaron oficios de zapatero, sastre, herrero, etc, y ocuparon a los indígenas que tenían facilidad para aprender las artes, como los escultores y pintores de los templos, conventos, vasijas y vestimenta, situaciones que transformaron la forma de vida natural de los indígenas para adoptar una nueva vida dentro de la religión católica, en la cual ya no se celebraba “fiestas paganas, sino fiestas cristianas” entre viejos y los nuevos pobladores. [3]
No hay comentarios:
Publicar un comentario