viernes, 2 de diciembre de 2011

La comisión que Fernando el católico le dio a Diego Colón, hijo, para evangelizar a los indígenas


Asimismo Hugh se ocupa del seguimiento que  los reyes dieron a este proyecto de salvación para los indígenas y hace referencia a que el rey de España Fernando el católico envió a Diego Colón, hijo mayor de Cristóbal Colón a gobernar a la Española, siendo éste gobernador en 1511, como encomendero fue un mal gobernante y dio malos tratos a los indígenas en lugar de ocuparse de su conversión. Por lo cual Hugh señala, que en una determinada ocasión llegó un predicador franciscano ese lugar, fray Antonio de Montesino quien predicaba a favor de los indios en base a la servidumbre y al maltrato que recibían de parte de los españoles. [1] Hugh dice que lo que predicó fray Montesino en 1511 llevó a reflexionar  a los encomenderos acerca de los malos tratos que daban a los indígenas, ya que de acuerdo a Montesinos, éstos los tenían  “oprimidos, fatigados, con hambre y con enfermedades, sin compasión de ponerles cargas excesivas”, y  preguntaba a todos con qué derecho hacían eso.
Añade Hugh que ante este sermón los españoles (en donde seguramente se encontraba Diego de Alvarado el secretario de Diego Colón entre otros encomenderos), al escuchar tales palabras se quedaron  atónitos, pues ellos pensaban que no estaban haciendo nada malo para con los indígenas por lo cual al término del mismo se dirigieron al gobernador para pedirle castigo para fray Montesinos por propagar una nueva doctrina; por lo que Diego Colón resolvió ir a visitar a fray Pedro de Córdoba, quien había invitado a Fray Montesinos a predicar, para quejarse de la dureza con la que trato a los presentes. Que además Diego Colón,  amenazó con quitar los sirvientes a los dominicos y pidió a Fray Pedro de Córdoba ordenase a fray Montesinos no volver a predicar en esa forma, situación que no sucedió pues Montesinos seguía predicando de la misma forma aún en contra de la disposición del gobernador y añade Hugh que esto llevó a que  el Imperio ya no volviera a ser el mismo, pues hubo reconocimiento de culpas.[2]


[1]  Hugh Thomas, El Imperio Español, págs.340,344,345
[2] Hugh Thomas, El Imperio Español, Págs. 347,348

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