viernes, 2 de diciembre de 2011

Pero, ¿qué dicen otros autores en relación a que si Cristóbal Colón evangelizó o no a los indígenas?


 
En principio se tomará como referencia a Gabriel Márquez Ramírez, antropólogo, quien dice que Colón en su segundo viaje a las Canarias, llegó acompañado de centenares de españoles, de entre los que se encontraban algunos que venían en nombre de la fe a evangelizar a los nativos paganos, proyecto religioso, que no se llevó a cabo de forma inmediatas, sino que la enseñanza de éste se prolongaría por tres siglos, durante los cuales España se convirtió en la propietaria del continente americano para esclavizarlo y evangelizarlo de acuerdo a la petición del Papá Fernando VI, quien por tradición basaba su posición en la teoría de “el Papa, señor del mundo”.  Márquez, en su libro El Ciclo Colombino, “señala que el encuentro de Colón con los indígenas se dio en algunos casos de manera armoniosa, pero en otros casos estos indígenas se revelaban ante la autoridad de Colón, por lo cual Colón creía que era pertinente someterlos a un trabajo duro (esclavización) para posteriormente lograr una buena evangelización.[1]  
Asimismo tenemos lo que Armesto dice al respecto de la religión que Colón pretendía dar a conocer a los indígenas no se dio, puesto que éste estaba más interesado el conocimiento de los descubrimientos y las riquezas, según él mismo escribía en las anotaciones de los ejemplares del Libro de Marco Polo. [2] Y tomando en cuenta la opinión de Williams, con respecto a lo que dice en su libro De Colón a Castro, señala que  Colón creyó finalmente que los indígenas eran caníbales  y tomó como pretexto esa característica para esclavizarlos primeramente y posteriormente cristianizarlos, contrario a lo que haría un enviado de Cristo y aun a lo que el mismo Papa, pues éste deseaba que fueran bien tratados y convertidos al catolicismo.[3]  
De la opinión de Fray Bartolomé de las Casas,  religioso español, defensor de los derechos de los indígenas, dice en el “Diario de a bordo del primer viaje de Cristóbal Colón” que Colón a su llegada a tierra firme procuró tratar de mantener una relación armónica con los indígenas, con el fin de cristianizar a todos los que encontrara en tierra firme y ganarlos para el reino español. De las Casas dice que  Colón escribía de los indígenas a los monarcas como “buenos servidores y de buen ingenio, decía,  “veo que muy presto repiten todo lo que se les enseña, y creo que fácilmente se harán cristianos; ya que me parece no pertenecen a ninguna secta”. [4]
Por otra parte, Serge Gruzinski, historiador francés, dice en su libro “Descubrimiento, Conquista y Colonización de América a Quinientos Años, que “la cristianización en el Nuevo Mundo,  fue un proceso largo, de aproximación y no siempre duradero”, por lo que Colón no pudo hacer una obra de evangelización, sino, que fueron los  primeros evangelizadores que llegaron con él en su segundo viaje los que intentaron enseñar la religión cristiana a los indígenas, siendo ésta muy lenta y con muchos inconvenientes debido a la complicada comunicación que existía entre ellos por las diferentes lenguas que hablaban los nativos, y porque aún no les enseñaban el idioma español y que sumado a esto en ocasiones los españoles llegaron a confundir a los habitantes de las islas americanas con los moros de España o de África y también y en esa confusión comparaban los templos de éstos con las mezquitas y a sus sacerdotes con los eruditos. [5]
Pero ¿qué nos dice Tzvetan Todorov, crítico francés, en su libro “La Conquista de América el Problema del Otro”. Todorov, opina que Colón era un personaje que compartía un espíritu dualista de su época, ya que era un ferviente religioso, muy cercano al misticismo esotérico, y a la vez que era un hombre con una excepcional preparación intelectual.  Todorov dice en  referencia al propio nombre de Colón, lo que de De las Casas dice de él en el Diario de a Bordo del Primer Viaje”, donde  lo describe como un nombre en sí mismo de carácter religioso, ya que “Christum ferens”, significa traedor o llevador de Cristo, y que esto era enfatizado por el mismo Colón  en la firma de sus documentos. Así que de las Casas afirmaba diciendo “como a la verdad él haya sido el primero que abrió las puertas deste mar Océano, por donde entró y él metió a estas tierras tan remotas y reinos hasta entonces tan incógnitos a nuestro Salvador Jesucristo”.[6]
Pero, también Todorov hace referencia a lo que Colón llevó a cabo durante su segundo viaje a diciendo que “Las Indias ya estaban descubiertas y Colón mismo se había transformado en un hombre práctico –que la palabra “oro” se repetía hasta la saciedad, más aún que la palabra “Dios”, que en ese segundo viajes, Colón, vino acompañado por tres personajes que eran símbolos anticipativos del futuro proceso de “conquista“: un militar, un sacerdote, y un comerciante – lo que significaba la guerra, la evangelización y las ganancias materiales, y que cada uno de estos personajes reclamaría su parte de acuerdo a sus fantasías, proyectos e intereses.”[7]


[1] El Ciclo Colombino: 1492-1506, pág.85
[2] Armesto Felipe Fernández Cristóbal Colón, págs. 62, 73
[3] Eric, Williams, De Colón a Castro, La Historia del Caribe, 1492-1969. Pág. 112
[4] Fray Bartolomé de las Casas, “Diario de a bordo del primer viaje de Cristóbal Colón”. Pág. 6
[5] Carmen Bernard, Compilación pág. 460
[6] “La Conquista de  América el Problema del otro”, pág. 34
[7] La Historia de una América Antigua,
Carmen Bernard, Compilación pág. 460
[1] “La Conquista de  América el Problema del otro”, pág. 34
[1] La Historia de una América Antigua,

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